La reestructuración a la que el Comité Técnico de Árbitros fue sometido este verano no ha servido para nada. Lógico, al final siguen pitando los mismos colegiados. Además, hay cosas que no cambian, un doble rasero a la hora de pitar que no es el mismo para uno que para otro. Si hace siete meses Melero López perdonó una tarjeta roja clara a Iñigo Martínez por derribar a Pablo Durán siendo el último hombre de la defensa del Barcelona, este sábado Gil Manzano expulsó a Dean Huijsen, dejando al Real Madrid con 10 jugadores en Anoeta desde el minuto 32, cuando iba en paralelo con Eder Militao al tirar a Mikel Oyarzabal.
Los de Xabi Alonso fueron capaces de ganar después de jugar contra la Real Sociedad durante más de una hora con uno menos (1-2), derrotando a su rival y a una Liga que sigue levantando todas las sospechas con arbitrajes como el de Gil Manzano. Sobre todo cuando un compañero suyo, el pasado mes de abril, privó al Celta de Vigo en el Olímpico de Montjuic de una oportunidad clara de vencer al Barça por la infracción del central vasco.
Una sanción que además habría sido significativa para el campeonato, ya que ese día el Barcelona remontó un 1-3, algo que con un futbolista menos sobre el césped habría sido más complicado. Con la victoria, llegó a los 73 puntos, pero sin ella se habría quedado sólo uno por encima del Real Madrid a falta de seis jornadas del final de Liga.
Iñigo cometió una falta clara sobre Pablo Durán cuando el jugador del Celta se marchaba solo hacia la portería de Szczesny. El central del Barcelona le agarró y frenó su carrera, pero el delantero del conjunto celeste no se tiró, lo que hizo que no se pitara la falta y le perdonaran la expulsión por roja directa. Pero lo mejor es lo que se desvelaría a continuación.
Doble vara de medir con Huijsen y el Madrid
Asimismo se lo dijo el propio Iñigo, como reconoció después Durán ante los medios. «Me agarra cuando me iba solo contra el portero y no pitan nada», señaló el futbolista, que también reveló lo que le dijo el defensa culé: «Ha reconocido que si me tiro es tarjeta roja». Siete meses después, Huijsen pidió una y otra vez al árbitro que mirase la jugada, pero este ni se inmutó e impuso el castigo más grave al Real Madrid.